La revista reflexiona sobre la infancia de la escritora y captura un momento en el que la responsabilidad que conlleva la libertad infantil se hizo realidad y se valoró. La autora recuerda: "Tener la oportunidad de cometer errores y sentir sus consecuencias hizo que esas noches fueran algunas de las primeras veces que experimenté realmente la responsabilidad de la libertad".
Weston pinta una vívida imagen de una tarde teñida de azul, llena de aventuras y descubrimientos, donde el propio anochecer asume el papel de protagonista.