Aunque Ing no estaba acostumbrada a trabajar en el género de ciencia ficción, aceptó el desafío y descubrió soluciones intrigantes para la obra de arte.
Al optar por colores brillantes, logró crear una atmósfera que se alinea con las "vibraciones acogedoras" del libro, lo que indica que es una lectura ligera. La ilustración final es divertida y contemporánea con colores llamativos.