Este mes es el turno del Fitstagrammer: los chicos (y chicas) que hacen una carrera con sus entrenamientos y fiestas de brócoli y quizás un huevo a la hora del almuerzo. El artículo humorístico cubre la rutina de Fitstagrammer de las transmisiones en vivo en las redes sociales, los entrenamientos interminables, las ofertas de libros, las ofertas de anuncios, los planes de entrenamiento con exceso de suscripción y los programas de televisión, ¡lo que resulta en sus cuentas bancarias masivas!